Guía del Conductor CDMX
Una publicación de Vecinos Integrados al Desarrollo Armónico (VIDA, A.C.)


¡Alto ahí!
Conoce la Regla Máxima
de la Selva de Asfalto
Nunca como hoy ha sido tan divertido aprenderse el Reglamento de Tránsito
¿Estás en la Ciudad de México?
¿Te mueves? ¿Respiras?
¡Perfecto! Esta Guía del conductor es para ti, y no hay escapatoria.
Artículo 1
¿A quién aplica este "Manual de Convivencia Vial"?
Básicamente, a TODOS. No importa si eres un peatón despistado, un ciclista velocista, un conductor de Ferrari, o el dueño de un viejo "vocho" chilango o de un extranjero exótico (sí, el reglamento aplica incluso si vienes de otro país o de otro planeta).
En resumen, aplica a:
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Los capitanes de la Nave (Conductores): De autos, motos, camiones, o cualquier cosa con motor.
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Los Pasajeros Aburridos: Aunque no manejen, sus maniobras al subir o bajar también están bajo la lupa.
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Los Dueños de la Máquina (Propietarios): Si tu vehículo está mal estacionado, el problema es tuyo, aunque no estuvieras al volante.
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Los Reyes de la Calle (Peatones y Ciclistas): Tienen reglas, derechos y, créanlo o no, también obligaciones.
¿Qué regula este "Documento Secreto"?
Este reglamento es como el manual de instrucciones para toda la Ciudad de México, y te dice:
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Cómo te tienes que mover: Regulando tus vueltas, rebasadas y hasta el arte de cambiar de carril (¡con direccionales, por favor!).
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Dónde puedes dejar a tu fiel corcel: Normas estrictas de estacionamiento (para que no le estorbes a nadie).
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Cómo debe circular tu Nave: Te exige condiciones legales y de seguridad, ¡así que olvídate de circular con un faro roto o sin placas!
¿Quién es el Juez y Verdugo (y quién es el terapeuta)?
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El Juez (el que cobra): La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) es la encargada oficial de ponerte esa multa que tanto duele si te portas mal.
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El Terapeuta (el que te castiga con trabajo): La Consejería Jurídica supervisa a los infractores que tienen que hacer trabajo comunitario (es decir, tienes que pagar tu error ayudando a la comunidad, ¡como penitencia cívica!).
¿Y si el Reglamento No Dice Algo?
Si te encuentras en una situación tan extraña que ni este reglamento la contempla, no te preocupes. El documento tiene un "Plan B": se aplicará de manera supletoria (o sea, como refuerzo) la Ley de Movilidad y la Ley de Cultura Cívica.
En cristiano: la ley te recuerda que, además de ser un buen conductor, tienes que ser una persona decente. ¡Ahora sí, a circular!



